Con la pluma en la mano, y la mente perpleja en recuerdos, los momentos que han pasado, las historias que me han invadido vuelven a la vida. Mis ojos se dilatan ente tanto estupor, ante tanta muchedumbre vacia, ante tanto corazon desolado.
He aprendido a vivir siguiendo a la multitud, como un alma buscando su refugio en este mundo tan amplio y confuso. He vivido de la agonia de mis memorias, he intentado ahogar en un suspiro todas aquellas imjusticias que el mundo traia consigo. Pero hoy me toca quedarme perplejo por todos esos seres que han quedado tendidos en los rincones del olvido.
Prendo la television, y una inmensa ola de terror me carcome mi desquiciado ser. Voces que susurran relatos falaces, almas corrompiendo cualquier esquema con tal de lograr una pizca de fama, y tan solo unos pocos que intentan concientizar sobre lo que acontece. ¿En que nos hemos convertido?
Las calles presentan gritos ahogados con grandes disparidades, por un lado, el que esta festejando su primer auto, por otro, la mujer que llora porque su marido la esta cagando a palos o viceversa. Conjuntos de emociones contrastadas en un mismo mundo, en donde tan solo parecieramos marionetas del destino.
Una situacion que nos hace colocarnos frente al espejo, delante de ese maldito enemigo en el que nos hemos convertido con el pasar de nuestros dias. Mirando a los costados, caminando en un cruce directo ahacia el olvido.
